Hoy en día, cualquier negocios se enfrenta a una competencia cada vez más numerosa y feroz.
Además, como hemos visto, los medios electrónicos sumados a las redes sociales y los dispositivos móviles, permiten que los consumidores se comuniquen y expresen experiencias (buenas y malas)... Creando una clientela cada vez más informada y exigente.
El panorama parece claro: en tiempos de crisis, sobreviven las mejores empresas, las que incorporan las mejores prácticas.
Identificarlas no siempre es sencillo. Así que creemos que la psicología inversa puede servirnos de ayuda...
Si quisieras hundir tu negocio, en 3 pasos, podrías hacerlo:
No hagas publicidad
Si crees que el producto se vende sólo e identificas publicidad de una pyme con panfletos, vas por buen camino para acabar con tu empresa... ¡Porque estás viviendo en el siglo pasado!
Todas as empresas, sean del volumen que sean, necesitan mercadotecnia y publicidad. Hoy en día, un negocio debe invertir en mejorar su imagen, hacer campañas (locales o sectoriales), establecer programas de fidelización... Y sobre todo, utilizar al máximo Internet: redes sociales, dispositivos móviles.
Di siempre “NO” a tu cliente
"NO estará a tiempo", "NO queda bien", "NO lo tenemos disponible"... Cada vez que dices "NO", matas tu negocio, cliente por cliente.
Porque todo consumidor busca ser atendido con profesionalidad, amabilidad y rapidez. Cualquiera quiere sentirse satisfecho con los servicios que adquiere. Y si queremos tener satisfechos a la mayoría de nuestros clientes, debemos crear procesos estandarizados en todas las áreas clave del negocio, que aseguren la calidad de nuestros productos y garanticen experiencias positivas.
No aceptes tarjetas bancarias
Uno de los actos más frustrantes para un cliente es condicionamiento al pago con tarjetas de crédito o débito. El "pago con tarjeta para compras superiores a X" puede hacer huír a tu cliente en un una escena económica en la que el cash escasea...
Y no cobrar con tarjeta bancaria tiene implicaciones más allá de pagar comisiones: te hace perder clientes. Debes pensar que probablemente podrían haber comprado una y otra vez en tu establecimiento, generándote un ingreso mayor por compras recurrentes. Ofrece a las personas siempre todos los mecanismos de pago posibles. Cuantas más opciones de pago tengas, más frácil se lo pones a tu cliente en el momento de decidir su compra y más venderá tu negocio.